La mastitis es uno de los problemas más frecuentes durante la lactancia materna. La mastitis aguda es una inflamación de la glándula causada por un mal vaciado del pecho:
- Bebé que se agarra de forma incorrecta
- Postura inadecuada
- Retrognatia, frenillo corto…
- Mal manejo de la lactancia: Lactancia restringida con horarios, destete brusco…
- Sujetadores apretados, presión sobre una zona del pecho…
Los síntomas
Los síntomas de la mastitis aguda son:
- Dolor en el pecho
- Zona roja y dura
- Calor en el pecho
- Malestar general (como si tuvieras gripe, incluso con fiebre)
Cómo solucionar la mastitis aguda
- Es primordial mantener el vaciado frecuente. Está contraindicado suspender la lactancia si se está pasando por una mastitis. El drenaje del pecho puede hacerse con el propio bebé o sacaleches, pero es importante confirmar que se realiza efectivamente ya que puede ser el origen del problema al realizar un vaciado inadecuado.
- Se recomienda tomar antiinflamatorios, que son perfectamente compatibles con la lactancia.
- El descanso es fundamental para recuperarte, así que cuídate y que te cuiden.
Si tras 24-48 horas no notas mejoría, acude a tu médico para que te prescriban un tratamiento antibiótico al menos durante 14 días.
Si a pesar del antibiótico no mejoras en unos días o padeces mastitis agudas recurrentes, es recomendable realizar un cultivo de leche materna.
Recuerda que la lactancia no debe doler, así que si tienes la más mínima molestia acude a una profesional en lactancia que pueda ayudarte a identificar el origen del dolor.