Crisis de crecimiento

15marzo, 2018
by Maca Ruiz
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Las crisis de crecimiento son etapas que pasan los bebés durante la lactancia. Son muy comunes, sin embargo, la mayoría de las veces no las sabemos reconocer, lo que nos lleva a preocuparnos por el estado del bebé y de la lactancia.

Las crisis de crecimiento son cambios en el comportamiento del bebé. Lo que ocurre es que el bebé empieza a pasar más tiempo al pecho del habitual, parece que “se enfada con el pecho” y que no termina nunca la toma.

Las madres suelen tener pensamientos negativos hacia su capacidad de amamantar, suelen pensar que se han “quedado sin leche”,  que “el bebé se queda con hambre”, que “ya no sabe mamar”… Nada más lejos de la realidad.

Cuando el bebé atraviesa una crisis de crecimiento, manifiesta comportamientos alterados y de nerviosismo.

Pueden darse varias veces a lo largo de la vida de nuestro/a hijo/a, o puede que nunca llegue a pasar por ello. Como se suele decir, cada niño es un mundo.

Las crisis se deben a brotes de crecimiento y desarrollo evolutivo del bebé.

 

¿Qué son las crisis de crecimiento?

baby-1767972_960_720Las crisis de crecimiento son un reajuste entre la oferta y la demanda del bebé.

Como sabemos, el pecho funciona de la siguiente manera: A mayor succión, mayor producción.

Cuando el bebé atraviesa un brote de crecimiento, necesita aumentar la producción de leche para cubrir sus necesidades nutricionales, por lo que aumenta la duración y frecuencia de las tomas con el fin de conseguir que la producción se adapte a sus necesidades actuales.

Explicado con las palabras de nuestro bebé, sería algo como  “cada vez necesito más leche materna pues cada vez vez soy más  grande, por lo que la única forma de conseguir más alimento es mamar más para que salga más.”

¿Qué debo hacer?

Debido a las causas que comentábamos en el punto anterior, durante las crisis de crecimiento es aun más importante mantener la práctica fundamental de la lactancia materna: Lactancia a demanda.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que no debemos frustrarnos como madres. Es normal sentir nerviosismo al ver que nuestro bebé está más inquieto, pero debemos tener presente que es una fase normal de su desarrollo y que solo serán unos días.

Lo mejor que podemos hacer para ayudar a nuestro bebé a pasar esta etapa es aumentar las dosis de piel con piel, contacto, porteo…y sobretodo, insisto, respetar sus demandas de alimento.

También puede ser una buena idea adelantarse a los acontecimientos. El llanto es un signo tardío de hambre, por lo que podemos intentar anticiparnos y ofrecer el pecho antes de que el bebé tenga mucho hambre, pero nunca forzando al bebé.

En los momentos en los que el bebé esté nervioso, la mejor opción es amamantar en un sitio tranquilo, relajados y en penumbra.

Una de las cosas más importantes es la confianza en nosotras mismas, el bebé y la naturaleza. Introducir biberones o chupetes para intentar calmar al bebé no va a ayudar a solucionar la crisis, en todo caso empeorará la situación o, muy probablemente, afectará mucho a nuestra lactancia.

Es posible que algunas madres y padres, al pasar por una crisis, hayan ofrecido un biberón para quedarse tranquilos, y el bebé, después de tomarse todo el biberón quede durmiendo plácidamente largo rato.

Esto afianzará la idea de que el bebé tenía hambre, sin embargo la razón de este comportamiento es otra: El bebé se toma el biberón completo por su reflejo automático de succión-deglución, y se queda dormido mucho tiempo debido a la dificultad para digerir la leche de fórmula, mucho más pesada que la materna y a la que el pequeño no está acostumbrado.

 

Crisis más frecuentes

Es tan normal pasar por todas las crisis como pasar solo algunas como no pasar ni una sola. Y aunque se pueden dar en cualquier momento y depende de varios factores, éstas son las más comunes:

Crisis de los primeros días

Es muy frecuente que los primeros días las madres “se quejen” de que el bebé no se despega del pecho.  Si el peso de nuestro bebé aumenta adecuadamente, y hace los pipís y caquitas correspondientes, no nos duele al amamantar…seguramente estemos pasando por la primera crisis que pasará en unos días.

2-3 semanas

Es una de las más típicas. La sensación más frecuente de las madres es  “tiene gases”, “sufre de cólicos”, “algo en mi leche le sienta mal”… Si dudamos, nuestro pediatra y asesora de lactancia pueden ayudarnos a identificar los síntomas.

6-7 semanas

El bebé debido a su mayor desarrollo tiene mayor capacidad expresiva, por lo que su frustración parece mayor. Se “pelea” con el pecho, arquea la espalda, pega tirones a la teta…

3 meses

La más común y también la más dura. Añadido a esto, suele coincidir con la reincorporación de la madre al trabajo, lo que complica las cosas.

Se diferencia en algo a las anteriores crisis, si antes el bebé crecía a pasos agigantados, en esta etapa sufre una ralentización (normal en el desarrollo de los niños)

Las tomas se acortan, se espacian en el tiempo. La madre interpreta que el bebé no quiere mamar, pero en realidad es que se ha hecho un experto mamando y obtiene la leche en menor tiempo que antes.

Sucede al mismo tiempo que la madre comienza a notar los pechos más blandos. Su interpretación es que se ha quedado sin leche, pero la realidad es que la lactancia se ha instaurado completamente y la producción se ajusta a la demanda del bebé y no se produce al alza, como al principio de la lactancia. La leche empieza a fabricarse al momento y la subida tarda alrededor de 3 minutos, por lo que el bebé se enfada. Sólo es cuestión de acostumbrarse.

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12 meses

En esta etapa el bebé tiene una etapa de crecimiento más lento. Por tanto, no necesita tanta comida y solo quiere pecho.

Como todas las crisis, es una etapa, y cuando lo necesite volverá a comer con normalidad. No hay que preocuparse por su alimentación, la leche materna le nutre de manera eficaz.

24 meses

A estas edades puede darse de nuevo una crisis. De nuevo vuelven a aumentar la frecuencia de las tomas. A veces también la duración, pero también es muy común que se pasen el día dando “chupitos”. Los momentos evolutivos del niño hacen que busque reconfortarse en el pecho de mamá.

 

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Lactancia materna ,

Comments (2)

[…] el bebé no quiere mamar porque se encuentra en alguna de las crisis de lactancia la solución, aunque parezca complicado, es poner al bebé al pecho con más frecuencia para que la […]

[…] Finalmente nos introducimos en el mundo de la crisis de crecimiento o crisis de lactancia, pero sólo por encima. Como ella nos recomienda, os dejo este artículo de su blog para que podáis empezar a informaros: Crisis de Crecimiento. […]


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